La cocaína
es una droga estimulante,
altamente adictiva que se extrae de
las hojas de coca, una
planta nativa de Sudamérica. La
misma produce euforia a corto plazo , da energía y te vuelve locuaz , ósea más activo y hablador. También tiene
efectos físicos potencialmente
peligrosos como el aumento
del ritmo cardiaco y la presión
arterial. En nuestro
cerebro la cocaína
tiene otros efectos tales como
el aumento de
dopamina en la sinapsis,
modulando ciertas respuestas en
nuestro sistema nervioso. El
siguiente video explica de una manera
breve este efecto.
La cocaína
activa la neurotransmisión dopaminérgica en el sistema
de recompensa del cerebro,
incluyendo la amígdala, la cual
juega un papel importante en la patología
de la adicción a la cocaína. Existe evidencia
que sugiere que la
amígdala representa un locus
importante para la cocaína, el
estrés y las interacciones de CRF. En le
núcleo central de la amígdala (CeA)
se encuentran una gran cantidad
de terminales de cuerpos celulares inmunopositivos-CRF con
una alta densidad de sitios de unión para el factor liberador de
corticotropina los cuales se encuentran
en la amígdala basolateral (Krishnan, B. et. al., 2010). Este
conocimiento llevo a la idea de que posiblemente los receptores y
el CRF estuviesen implicados
diferencialmente en respuestas
conductuales a distintos psicoestimulantes, incluyendo la cocaína.
Al parecer
la activación del sistema
dopaminérgico en la adicción a cocaína es uno
de los factores más importantes
y al factor liberador de
corticotropina es reconocido por
activar este sistema y restablecer la búsqueda de esta droga. En un estudio el estrés causado
por estimulo de descargas eléctricas causaba
la liberación de CRF y glutamato en el área ventral tegmental
(VTA). Con el uso de un
antagonista se logro demostrar
que se podía reducir el estrés inducido por la búsqueda de cocaína, bloqueando la función normal de CRF y glutamato en el VTA (Wang, B. et.
al., 2009). Sin duda alguna
la relación de CRF en
la adicción a la cocaína tiene que
ver mucho con el papel
que juega esta molécula en la modulación del sistema dopaminérgico.
El
consumo crónico de la cocaína induce
cambios neuroplásticos de larga duración en el VTA que dependen en parte
de la liberación de CRF e involucra las
neuronas glutaminérgicas y dopaminérgicas (Corominas, M. et. al., 2009).
![]() |
Corominas, M. et. al., 2009 |
La figura
al lado izquierdo muestra un circuito básico que expresa los efectos del
factor liberador de corticotropina en la adicción a la cocaína y los síntomas
de retirada. Incluye las estructuras del circuito mesocorticolímbico que
contienen CRF o expresan su receptor.
El consumo crónico de cocaína y la retirada pueden inducir un nuevo estado alostático. Como pueden observar el CRF actúa en distintas estructuras del circuito mesocorticolímbico con el uso repetido de la cocaína, particularmente en el VTA, la amígdala extendida (CeA, BST) y en la corteza pre-frontal. CRF tiene un papel bifásico, pues aumenta los efectos agudos de la droga, pero por otro lado el aumento de los niveles de CRF durante la retirada potencia su efecto, lo que conduce a la recaída (Corominas, M. et. al., 2009).
El consumo crónico de cocaína y la retirada pueden inducir un nuevo estado alostático. Como pueden observar el CRF actúa en distintas estructuras del circuito mesocorticolímbico con el uso repetido de la cocaína, particularmente en el VTA, la amígdala extendida (CeA, BST) y en la corteza pre-frontal. CRF tiene un papel bifásico, pues aumenta los efectos agudos de la droga, pero por otro lado el aumento de los niveles de CRF durante la retirada potencia su efecto, lo que conduce a la recaída (Corominas, M. et. al., 2009).
El
aumento de los
efectos placenteros es debido
a la función
que ejerce CRF en el
área ventral tegmental , en
parte mediada por las
proyecciones excitatorias de la
cama del núcleo de la estría
terminal(BNST), que se acoplan a los mecanismos de plasticidad sináptica. Algunos de los
mediadores clásicos de la
plasticidad sináptica, tales como
N-metil-d-aspartato (NMDA) y
canales de voltaje de calcio,
también están implicados en
los mecanismos de acción de la cocaína y pueden influenciar
el la plasticidad de CRF en la amígdala (Krishnan, B. et.
al., 2010). Al CRF jugar
un papel en la
plasticidad conductual inducida
por la cocaína, se
ve implicado en le mantenimiento
de la autoadministración de cocaína y
en el estrés inducido por la
búsqueda de la droga. En
el lado negativo
del efecto de
CRF vemos como
su intervención en la retirada, debido a
los cambios neuroplásticos conducen
a un individuo que
ha estado en
abstinencia a tener un
relapso. Esta función de CRF
aumenta la potencia a largo placo a nivel neuroplástico,
a través de mecanismos glutamatérgicos en el VTA, CeA y BNST. La plasticidad sináptica relacionada
con CRF en el VTA puede tener
consecuencias importantes en el
patrón de liberación de
dopamina en las áreas
de proyección como la
amígdala, BNST y la corteza pre-frontal. Durante la retirada,
CRF también esta implicado en
patrones anormales de la plasticidad sináptica en el CeA y en cambios a largo plazo en la excitabilidad neuronal intrínseca en BNST,
pudiendo tener profundas
consecuencias sobre las
propiedades de integración de estas
estructuras neuronales (Corominas,
M. et. al., 2009). En cuanto
a la corteza pre-frontal, el consumo
repetido y la retirada pueden
inducir cambios en su estructura funcional. Sin embargo la naturaleza
de estos cambios aun no se entienden muy bien.
Final mente me
gustaría terminar esta
pubicacion diciendo que conocer con claridad
los cambios neuroplásticos que la
cocaína causa en el cerebro y en la ruta mesocorticolímbico, puede
ayudar a los científicos
a desarrollar nuevos tipos
de fármacos. Ya que el sistema de
CRF se ha hipotetizado como un
blanco particular viable para el desarrollo de medicamentos que trate la
retirada, efectos negativos y preocupación, estrés inducido por la
búsqueda de la droga e incluso en etapas
anticipantes al ciclo de adicción.